Corrida de lujo, de campanillas, de claveles, como queramos calificar la anunciada ayer tarde en la Monumental de Las Ventas, con un cartel de los de relumbrón. Así estaba la plaza, llena a reventar, el primer cartel de "no hay billetes" colgado en las taquillas. Nadie, absolutamente nadie, se la quería perder. Ambiente previo de las grandes ocasiones, cientos de rostros famosos de muy diversos ámbitos, los fotógrafos disparando sin parar a diestro y siniestro para no perderse a ninguno. Corrida anunciada de Nuñez del Cuvillo, mezcla de sangres Domecq, Nuñez y Osborne, remendada con dos toros del Ecmo. Sr. Conde de Mayalde, procedencia Domecq Solís, desiguales de hechuras, todos serios por delante, astifinos y bien presentados en general, para mi el más bonito de hechuras el tercero, de comportamiento muy dispar, escasos de fuerzas los cuatro primeros, con más clase y nobleza el de la confirmación de Roca Rey, y dos alimañas, dos máquinas de matar el quinto y sexto, ambos desarrollando mucho peligro, sabiendo a por qué iban. Terna de lujo compuesta por el francés Sebastián Castella, el extremeño Alejandro Talavante y el peruano Andrés Roca Rey como confirmante, dos toreros ya consagrados en Madrid y un tercero que es uno de los que tiene toda la pinta que será futura figura de la Fiesta, desde luego lo parece a juzgar por sus repetidos triunfos desde que el pasado septiembre tomara la alternativa en Nimes, el último su enorme actuación en Sevilla el pasado mes de abril. Lógico que nadie quesera faltar a la cita en Las Ventas, ni siquiera el Rey emérito D. Juan Carlos ni su hija la Infanta Dª Elena.
El primero, "Tortolito", 537 kg, de Nuñez del Cuvillo, toro serio, astifino, rematado hacia arriba, bajo de agujas, badanudo, musculado, toma el capote del peruano Andrés Roca Rey metiendo la cara, si bien parece que echa las manos por delante, síntoma de escasez de fuerzas. Torea a la verónica el limeño con buen gusto, escuchando las primeras palmas. En varas cumple sin más, sin emplearse demasiado, se le pica trasero, el primer puyazo lo toma entrando desde las tablas, mal hecho, y le mide mucho el castigo Sergio Molina. Quite de Sebastián Castella por chicuelinas bajas y ceñidas coredas con olés, rematado con una muy buena media verónica. Replica el confirmante, está claro que viene dispuesto a comerse el mundo, por gaoneras ceñidísimas que generan respingos en los asientos por cómo se pasa al toro, sonoros olés acompañan sus pases y una rotunda ovación a la revolera de remate. Bien Francisco durán "Viruta" en banderillas, dos buenos pares reuniendo en la cara del toro. Inicio de faena clavado en la arena, tres cambiados por la espalda y una arrucina para ligar un cambio de mano lento de enorme belleza. El de Cuvillo mete la cara, tien un punto de nobleza, pero no va sobrado de fuerzas. Saca Roca Rey una buena primera tanda por el pitón derecho, redondos templados y ligados, muy firme, mostrando un aplomo poco frecuente en quien lleva tan solo ocho meses de alternativa. Firme por ambos pitones, llevando templada la embestida del toro que va a menos, cada vez acorta más el viaje y se queda corto. Por el izquierdo demuestra el peruano valor, aguantando algunos parones del animal al inicio de los naturales, que por su falta de energías comienza a echar la cara arriba y a defenderse, pese a lo cual demuestra arrojo el limeño, que traga mucho en algunos muletazos, muy firme. Acorta las distancias, se mete entre los pitones que le rozan la taleguilla, se le censura por algún sector este toreo de cercanías, a mi juicio se le ha medido como si llevara ocho años de alternativa, no ocho meses, es el toro de su confirmación, se la está jugando con verdad, sin trampas, no me parece para silbarle como se ha hecho, lo considero bastante injusto. Manoletinas finales protestadas desde el siete y estoconazo que pasaporta al de Cuvillo. Ovación para Roca Rey y pitos para el toro en el arrastre.
El segundo, "Aguaclara", 522 Kg, también del hierro de Nuñez del Cuvillo, es protestado de salida. Toro más largo y alto que su hermano, muy serio y astifino, con cara….pero deNuñez del Cuvillo, quizás así entienda las protestas de algunos. ¡Ay las filias y las fobias que malas son!. Sale abanto, verónicas a pies juntos de Sebastián Castella pero el toro muestra escasa fijeza en el capote. Deslucido en varas, José Manuel Moreno se limita a señalar ambos puyazos. Precios quite de Talavante por verónicas lentísimas y una media de remate a manos bajas bellísima. Banderillas con oficio por parte de Issac Mesa y Vicente Herrera. Inicio por estatuarios en la segunda raya del 5, seguidos de dos naturales bajos de mucho gusto. Molesta el viento en esos terrenos. Buena primera serie por el pitón derecho, dándole distancia al toro, que va pronto y repite, redondos ligados, con emoción y transmisión. bajándole la mano para rematar con una magnífico pase de pecho. Toro noble por ese pitón derecho, aunque echa algo la cara arriba al final del muletazo. Otra serie de similar características que levanta la ovación de los tendidos. Por el pitón izquierdo presenta más complicaciones, se desplaza menos y echa la cara arriba. Algunos naturales sueltos buenos, pero falta la ligazón y la emoción del otro pitón, se le recrimina al francés su colocación, algo fuera de sitio en algunos pases. El de Cuvillo va amenos, se apaga, decide meterse entre los pitones en un alarde valor, pero el público está un tanto indiferente, hasta insensible diría yo con el galo, sin dar ningún valor a lo que hace. No lo critico, ni mucho menos, incluso entiendo que le pidieran que acortara la faena, pero lo que me parece de vergüenza es que, cuando Castella está perfilado para entra a matar se le falte al respeto con el grito de alguien que calienta un trozo de cemento en algún tendido de Las Ventas, porque quien hace eso no pude llamarse aficionado. Mata de entera desprendida y escucha silencio. Como en el anterior, pitos para el toro en el arrastre.
El tercero, "Pesadillo", 524 Kg, otro de Cuvillo es para mi gusto el mas bonito de la corrida, precioso de capa, colorado chorreado, muy bien hecho, hondo, fuerte, compacto, serio, acucharado, astifino, una lámina para enmarcar, pese a lo que ha sido protestado por los habituales amantes de la romana. Galopa con ritmo aunque sin demasiada fijeza en le capote del pacen Alejandro Talavante. En el caballo que monta Manuel Cid humilla más, mete la cara en el peto, arrancándose pronto. Castigo medido, especialmente el segundo puyazo, señalado. Protestas del público con razón, de eat manera se va a perder el tercio de varas, pero el de Cuvillo va con lo justo en le depósito y ha perdió las manos en un par de ocasiones, lo que genera una elevación de la protesta cuando el presidente saca el pañuelo blanco para cambiar el tercio. Para colocar los palos ve en la cuadrilla de Talavante un tal Juan José Trujillo, ¡casi nada al aparato!. Magnífico en la braga y sensacional rehiletero. ¡Vaya dos pares ha colocado!, enorme. Inicio de faena directamente con la izquierda tras un cambio de mano. Naturales suaves, cuidando mucho al de Cuvillo, a media altura, sin forzarle demasiado en la primera serie. En la segunda le baja más la mano surgiendo algunos naturales muy bellos, rematados con uno bueno de pecho. Muestar cierta nobleza por el pitón derecho, mete la cara, pero como sus hermanos, le falta fuerza y pierde las manos en cuanto se le obliga,con lo que se pueden imaginar el volumen de las protestas. Poca emoción en lo que resta de faena, trasteo un tanto soso y deslucido, a menos. Mata de dos pinchazos y media algo caída y atravesada. Sielncio para Talavante y, de nuevo y van tres de tres, pitos para el toro en el arrastre.
Salta el cuarto, "Atrevido", de Conde de Mayalde, 506 Kg, muy serio, astifino, apuntando arriba, armónico y musculado. Sale con bríos, algo suelto, sin querer saber del capote de Castella, no hay lucimiento en el saludo. Entra por primer a vez al caballo que monta José Doblado de refilón, partiendo el palo, cabecea, pelea fea en los dos puyazos. Deslucido tercio de banderillas, pares descuadrados de José Chacón e Isaac Mesa. Embestida fea, horrorosa, en la muleta, sin clase alguna, defendiéndose, cabecea, protesta y corta el viaje. con estas premisas es fácil suponer que la faena de Castella no toma vuelo, a pesar de la dignidad y la profesionalidad del francés que se pone y lo intenta por ambos pitones ante un público desconectado, pero es imposible generar la mínima emoción y, en cuanto trata de obligar al toro, éste se viene abajo. Para colmo se atasca con la espada. Mata a la séptima de entera trasera que resulta suficiente para fulminar a este cuarto de la tarde. Silencio para el galo y pitos una vez más para el toro.
La tarde parecía que se hundía, que la cuesta bajo era irremediable, pero aún quedaban por saltar a la arena dos toros. El quinto, "Tramposo", 591 kg, de Nuñez del Cuvillo, es impactante de capa, jabonero sucio, grande y basto, muy alto, para mi gusto desproporcionado de pitones en relación al volumen corporal. Suelto, sin emplearse en el capote de Alejandro Talavante ni en varas, sin meter la cara, haciendo mucho ruido de estribos. Le pega un susto a Juan José Trujillo al salir del primer encuentro con el caballo de Miguel Angel Muñoz, pierde los pies el buen subalterno al andar hacia atrás y el Cuvillo pasa milagrosamente por encima de él sin hacer presa. No perdona el quite el peruano Roca Rey, por tafalleras, recibido con aplausos, con un toro que no se entrega nada, la cara arriba, pegando arreones constantemente, lo que complica sobremanera el tercio de banderillas, colocando Valentín Luján de sobaquillo y Julio López con riesgo, cuadrando en la cara del toro, muy bien. El toro es una alimaña, brusco, nulo de clase, pegando tornillazos por ambos pitones. Se dobla el extremeño, trata de someterlo por bajo, pero la alimaña no se deja dominar, sigue arrenado arriba y desarma a Talavante. No se arruga el pacen, vuelve a la cara del toro y le planta la muleta. Tremendamente digno, valiente y profesional Talavante, que no se dja comer el terreno y que le mete la muleta abajo al Cuvillo, haciéndole que, poco a poco, tome la muleta. En un momento mágico, le pega dos naturales largos, bajos y largos, ¡increíble!, pero al tercero la alimaña vuelve a echar la cara arriba, protestando ante el mando de Talavante, no traga el tercero. Pega otro tornillazo y le rompe el estaquillador. Monta una nueva muleta y se vuelve a plantar delante de la fiera, jugándosela con verdad ante las embestidas del Cuvillo, que busca y sabe donde buscar, todo ello sin un solo gesto ni teatralización por parte de Talavante. Pero la dosis de testiculina que derrocha es infinita. Importantísima faena en la que al final vence el torero a la bestia, para acabar con naturales bajos, dándole el pecho, coreados con olés rotundos que erizan el vello de todos los asistentes a la corrida, ¡para rematar con dos trincherazos por bajo mirando al tendido que ponen a Las Ventas en pie!. ¡Esta es la verdad del toreo! El poder y el mando de un auténtico gladiador que ha sometido a una alimaña con forma de toro, magia en la plaza de toros. Sobrecogedor el silencio absoluto cuando Alejandro se perfila para matar. ESTOCONAZO que hace rodar al toro sin puntilla. Oreja de ley, de mucho peso, de gran valor en todos los sentidos. ¡TORERO!. ¿Con cuantos matadores del escalafón se hubiera terminado la faena a las primeras de cambio con las malísimas cualidades de este toro?
Caliente la plaza, sobrecogida y emocionada por la exhibición de mando y valor de Alejandro Talavante, salta el último de la tarde, "Buzonero", 515 Kg, de Conde de Mayalde, alto, grande, muy serio, abierto de cara, las puntas arriba. Sale abanto, sin fijeza. Verónicas, casi delantales, a pies juntos del peruano. Malo en varas, no se emplea, cabecea, suena el estribo, no humilla ni lo más mínimo. Quite angustioso por gaoneras, el de Mayalde echa la cara arriba, busca constantemente. Tremendo el arrojo de Roca Rey. Complicado en banderillas, no mete la cara abajo por nada del mundo. Otro toro que muestra peligro, mucho, que no humilla y que corta y busca constantemente. Inicio de faena por estatuarios en la segunda raya del 6, con un par, le pega cuatro ¡y al quinto se lo pasa con un cambiado por la espalda! al que sigue otro en el que le pega con el pitón en los riñones, sin herir al peruano, a Dios gracias. Toma la muleta con la derecha, se planta delante de la cara del toro y comienza el toreo en redondo, poniéndole la muleta en la cara. Pero el de Mayalde es otra alimaña, que corta la embestida, se revuelve y busca. Es más, cuando se coloca Roca Rey para iniciar el muletazo, el toro le mira, apunta a la ingle y va dscaradamente a por él. Traga Roca Rey lo que no está escrito, aguanta lo indecible, pero tanto esfuerzo, tanto valor y, como Talavante en el anterior, un par de huevos muy bien puestos consiguen dominar a otra alimaña, lo puede y lo somete en la muleta para dar dos tandas en redondo ligadas, bajas y largas, combinadas con cambiados por la espalda diciendo adiós al miedo y despreciando al riesgo. Olés profundos, sentidos, emoción a raudales, otra vez los pelos de punta, ¡VIVA LA FIESTA DE LOS TOROS!. Bueno, hay uno, un auténtico imbécil que viena a la plaza calentar el cemento que soporta sus posaderas que grita "hay que torear". ¿Se puede ser más tonto?. Alguno se pasa de integrista y cae en el más absoluto ridículo. Era para subir a su tendido y sacarlo de la plaza arrastras tirado de las orejas. Mata de ¡ESTOCONAZO recibiendo! que hace rodar al de Mayalde sin puntilla. La plaza es un clamor, un mar de pañuelos blancos pidiendo las dos orejas, merecidísimas, y que llevan a Roca Rey a abrir la Puerta Grande de las Ventas, cumplir un sueño el día de su confirmación de alternativa y hacer muy grande nuestra Fiesta. Pese a todo , a una docena del siete les ha debido parecer poco trofeo, porque han protestado. ¿O a lo mejor les ha parecido excesivo?. Probablemente entre ellos estaría el del gritito.
Cuando salía de la plaza, emocionado por lo que había visto, me llega un mensaje de un buen amigo y aficionado que me pregunta si me parecen justas las dos orejas. Le contesto, sin dudar, sí. Primero porque ha hecho una faena impresionante a un toro peligrosísimo, pudiendo y sometiendo al animal para acabar toreando por bajo, con gran mérito y belleza. Por tanto, una oreja, la primera. Y además ha matado de estoconazo espeluznante recibiendo, volcándose, tanto que el pitón le ha golpeado desgarrando el vestido a la altura de la cadera. Esa estocada, por sí sola, vale una oreja, la segunda. Y, aunque no hubiera sido así, en esta temporada, precisamente en esta, la de los ataque continuos a la Fiesta, la de las prohibiciones como la del Ayuntamiento madrileño que tiene cerrado y prohibido a los concejales aficionados asistir a los toros, defiendo con total convicción en mi acierto, que hay que ser generosos cuando las cosas se hacen bien, dejar en casa la escuadra y el cartabón para medir centímetro arriba o abajo, alejarnos de falso purismo y dar la imagen al mundo de triunfo y alegría, con los toreros a hombros camino de la calle de Alcalá. Que todo el mundo vea la pureza y la grandeza del toreo y, al que no le guste, que no vaya.
Antonio Vallejo
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