domingo, 8 de mayo de 2016

2ª de abono, primera de rejones: Puerta Grande y un robo


Suele ser tradición en San Isidro que quien primero abre la Puerta Grande sea un rejoneador, y este año también ha sido así. Por caprichos del calendario no ha habido que esperar mucho para ver a un torero salir a hombros de la Monumental de las Ventas. Ha sido en la segunda del abono isidril y el protagonista Andy Cartagena, aunque realmente tenían que haber sido dos los rejoneadores que salieran a hombros. Inexplicable la actitud del presidente de la corrida de hoy, D. Julio Martínez, negando la segunda oreja en el quinto de la tarde a Diego Ventura tras una faena memorable, pisando unos terrenos casi imposibles, dando distancia y toda la ventaja al toro, pero ha matado de un pinchazo y un rejonazo entero arriba que ha hecho rodar al toro sin puntilla. Leo en Mundotoro que hace una temporadas también le negó un rabo que debió haber cortado el lisboeta, luego la cosa debe venir de lejos y parece ser que hay cuentas pendientes por parte de esta presidencia y cierta fobia hacia Ventura, algo muy feo, desde luego. La plaza ha sido un clamor de pañuelos pidiendo las orejas. La primera, por supuesto, le ha sido concedida, otra cosa hubiera sido un escándalo que hubiera acabado con los aficionados tomando el palco al asalto. La petición seguía siendo igual de mayoritaria, abrumadora diría yo, pero el señor presidente se ha negado a concederla, supongo que amparándose en el reglamento, siguiéndolo al pie de la letra, posiblemente, agarrándose al párrafo que dice que la primera oreja la concede el público con su petición y la concesión de la segunda es facultad de la presidencia. ¿Saben una cosa?, me da igual el reglamento en este caso. Cuando un rejoneador torea como lo ha hecho Ventura esta tarde, fijarse en si pincha y luego mata perfectamente sin puntilla, sacar escuadra y cartabón para medir si el rejón o la espada en le toreo a pie cae un centímetro más arriba o abajo, me parece mezquino, miserable y carente de toda sensibilidad, y más en esta temporada, en la que la imagen de la Fiesta debe ser la del triunfo, la alegría y el disfrute con este arte. Sinceramente, creo que hoy el señor presidente ha metido la pata hasta dentro, la ha cagado, dicho vulgarmente, y, además, ha hecho un flaco favor a la Fiesta. Mal, muy mal en su decisión, D. Julio Martínez, hágaselo mirar.

Seis toros de Maria Guiomar Cortés de Moura, ganadería portuguesa de procedencia Murube-Urquijo, encaste predominante e idóneo para las corridas de rejones. Nombres atractivos en el cartel: Andy Cartagena, Diego Ventura y Manuel Manzanares. Tres cuartos de plaza, algo poco usual en este tipo de festejos de los sábados de feria, habitualmente llenos de "no hay billetes", con un público alegre, festivo y familiar, donde es gratificante y reconfortante ver cantidad de niños en los tendidos, muchos de ellos se asoman por vez primera a la Fiesta a través de las corridas de rejones y de ahí es más que probable que surjan nuevos aficionados, la cantera que debe mantener la afición y que serán el futuro de la Fiesta de los toros. Supongo que la tormenta caída sobre Madrid una hora antes y la amenaza de lluvia durante lo que quedaba de tarde habrá restado afluencia de espectadores. Llamativo ver tanto cemento en una tarde como esta, pero así ha sido.

El primero de la tarde tiene buen tranco, galopa con alegría, tiene fijeza en Cuco, montado por Andy Cartagena, que lo para bien. Magnífica la cuadra y la doma del de Benidorm. Buenos rejones de castigo, ovacionados. En banderillas saca a Sol y Sombra, ¡cómo ha toreado este caballo!. Lleva al toro prácticamente cosido a la cola del caballo, le muestra el cuerpo y lo lleva como si toreara con la muleta, una preciosidad, además de impregnar su faena de emoción, llegando a los tendidos, la famosa transmisión a la que tantas veces apelamos en el toreo a pie y que Cartagena ha logrado con su caballo. Banderillas cortas espectaculares con Pinta, caballo con el que mata de pinchazo y rejonazo entero que termina con el toro. Ovación para Andy Cartagena y para el toro en el arrastre.
La locura ha llegado en el cuarto. Recibe al toro con Mediterráneo, lo fija de salida encelándolo en el caballo. Buenos rejones de castigo. Sale Iluso, precioso caballo tordo, para colocar dos buenas banderillas largas y llevar al toro a milímetros del lomo, sensacional toreo con el cuerpo del caballo. La faena va a más, saca a Cupido, que con sus adornos y cabriolas va caldeando el ambiente, colocando banderillas al quiebro de gran belleza y espectacularidad. La plaza se rompe a aplaudir, enorme la ovación. Pero lo mejor estaba por llegar. El de Benidorm tiene en su cuadra un caballo de nombre Humano que ha incendiado la plaza de Las Ventas. Impresionante los quiebros en la cara del toro para colocar banderillas, pero nada comparado con lo que he visto. No tengo ni idea de cómo se llama la suerte que ha realizado Cartagena, pero rebuscando por ahí creo que lo he encontrado. Al parecer se llama "hacer la corbeta" cuando el caballo se apoya sobre los cuartos traseros y tiene los brazos en el aire. Pues lo que ha hecho Humano es andar haciendo la corbeta, recorrer el radio del ruedo desde el centro hasta las tablas sobre sus cuartos trasero. ¡Qué belleza de caballo y qué belleza de imagen!. Hasta en dos ocasiones ha realizado esa suerte, si así puede llamarse, este bello Humano. Para quienes no la hayan visto, les animo a buscarlo en cualquier portal taurino (Aplausos, Mundotoro, Burladero, etc), seguro que el video está colgado, merece la pena. Solo quedaba culminar la obra con Pinta. Coloca banderillas cortas reunidas arriba previas al rejón de muerte, se toma su tiempo, no se precipita Andy, sabe que todo depende de la suerte suprema ¡y coloca un rejonazo entero arriba fulminante que vale dos orejas!. Sensacional Cartagena.

Diego Ventura ocupa el lugar más alto del escalafón en el apartado de rejoneadores, honor ganado a base de triunfos cimentados sobre una cuadra espectacular, una doma sensacional y un toreo de alta escuela. Año tras año ha abierto de par en par la Puerta Grande de Madrid, y hoy también debiera haberlo hecho de no haber contado con la indignante actitud del palco presidencial que ha negado, robado, la segunda oreja en el quinto. El primero del lote del lisboeta va suelto de salida, hay que fijarlo y lo hace magistralmente Ventura montando a Lambrusco, puro arte, colocando dos rejones de castigo y encelando al toro, enseñándole a embestir. Nazarí es uno de los caballos punteros de la cuadra de Ventura y hoy ha demostrado una vez más unas cualidades inmensas. Hasta una vuelta y media con el toro "cosido" a sus lomos ha dado Ventura sobre Nazarí, un caballo de espectacular belleza. Como no podía ser de otra manera la plaza se pone en pie y se rompe las manos a aplaudir. No hay duda que el estilo del portugués, su forma de montar, su toreo, su espectacularidad contagian a los tendidos. Banderillas con Ritz, espectacular en el quiebro, en la cara del toro, sin ventajas. Coloca tres rosetas con Bronce, con el que también ejecuta el rejón de muerte. Tres pinchazos y un descabello dan al traste con cualquier esperanza de trofeo. Ovación para toro y rejoneador.
Pero a Diego le quedaba el quinto. Como en su primero utiliza a Lambrusco de salida. El murube sigue al caballo pero lo hace sin excesiva emoción. un tanto soso. Sale Sueño, que ha hecho honor a su nombre. Espectacular caballo, con el que ha pisado unos terrenos casi imposibles, en los que lo más probable es que el toro hiera al equino, pasando entre los pitones y las tablas, rozando a estas con su cuerpo, terrenos casi imposibles, menos para Diego Ventura y Sueño. Coloca banderillas dándole distancia al toro, dándole todas la ventajas, con Sueño reculando antes de arrancar hacia la cara del toro y quebrar en un palmo de terreno. Inmenso en banderillas, ¡que belleza!. A estas alturas la plaza se viene abajo, el público entregado. Repite con Bronce para los compase finales de la faena. Banderillas cortas al violín que clava reunidas arriba. No le ayuda el toro a la hora de matar, parado. Pincha Ventura a la primera, pero coloca un rejonazo en todo la alto que hace rodar al toro sin puntilla. En este momento es cuando se desarrollan los acontecimientos que al principio comentaba. Bronca monumental al presidente al negarse a conceder una segunda oreja a Diego Ventura. Mi opinión, ya lo he dicho antes. El reglamento está para lo que está, pero esto es un arte y, como en todo arte, hay que apartarse de corsés y normas rígidas y deja volar la inspiración y los sentimientos. Y esta tarde había un sentimiento unánime en Las Ventas, a la gente le ha llegado lo que ha hecho Ventura, todo el  mundo estaba feliz por lo que había visto. ¿Que ha pinchado?, ¡que más da!. La faena en sí era de dos orejas, a lo mejor lo que había que discutir es si de matar a la primera también podía haber cortado e rabo. Resumiendo, el presidente ha sido totalmente insensible e injusto, lo peor que se puede ser. Y más en esta temporada tan significativa e importante para el futuro de la Fiesta.

Mala fortuna la de Manuel Manzanares. manso de solemnidad su primero, huyendo del caballo, buscando las tablas, sin querer saber nada de la pelea. Complicadísimo de rejonear, siempre en terrenos de dentro, saliendo rubricado nada más sentir el arpón, un manso de solemnidad. Monta a Príncipe en banderillas sin que el murube ayude, parado, mira al caballo, se da la vuelta y huye a tablas. Bastante ha hecho Manzanares con colocar las banderillas a este toro auténticamente imposible para el rejoneo. Mata al primer intento con Chapeau. Gran pitada al toro en el arrastre. 
El último de la tarde, segundo del lote de Manzanares, tampoco es un dechado de virtudes. Al menos sigue Jumillano, caballo que utiliza de salida para fijar al toro y colocar los primeros rejones, poco lucidos. Monta a Farruco en banderillas, sin llegar a los tendidos, básicamente por la escasa emoción que transmite el toro. También es cierto que al alicantino no se le ve especialmente entonado, pero el murube no colabora. La faena va a menos, monta a Secreto para matar y coloca un rejón de muerte suficiente para hacer doblar al toro. Manzanares no ha tenido toros que permitan el lucimiento, es cierto, como también es cierto que aún tiene camino por recorrer en el rejoneo y que hay defectos que pulir, pero de ahí a lo que hemos visto tras el arrastre del sexto hay un abismo. Lamentable las almohadillas lanzadas cuando el alicantino se retiraba hacia el burladero de cuadrillas. Si iban dirigidas a él no lo entiendo, si eran una protesta al palco por lo de Ventura aún lo entiendo menos. Doy por hecho que los que han lanzado las almohadillas no eran abonados, ni siquiera aficionados, quiero pensar que eran espectadores ocasionales que desconocen que para manifestar su opinión hay un momento concreto, ese es tras el arrastre del toro, para pronunciarse  sobre la labor del torero, y hay unas maneras de manifestarlo, con ovación, palmas, silencio, pitos o bronca sonora, lo que cada cual considere, pero nunca lanzando almohadillas, una salvajada. 

Para terminar. Lo que hoy cuento y escribo estará plagado de errores, de términos inexactos y los aficionados y entendidos de caballos y del arte del rejoneo se llevarán las manos a la cabeza al leer muchas cosas. Lo cuento y lo escribo como aficionado que sabe nada de caballos y muy poco de rejoneo, pero que disfruta con la belleza de los caballos, se admira con la doma y la forma de montar de los rejoneadores, siente lo que ve cuando se torea a caballo y eso le llena. Nada más que eso. Espero que se disculpen todos mis errores.

Antonio Vallejo

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