viernes, 6 de mayo de 2016

"Buscavísperas": El primero de la feria


Cinco horas, nada más que eso, faltan para que salga de toriles el toro que abrirá la Feria de San Isidro 2016. Será este de la imagen. Su nombre, "Buscavísperas", un negro salpicado de 512 Kg, nacido en diciembre de 2011, herrado con el número 95 y que pertenece al hierro salmantino de Valdefresno, procedencia Atanasio-Lisardo, mítico encaste que tiene precisamente en tierras charras su mayor presencia ganadera. Su lidia y muerte corresponderá al madrileño Miguel Abellán, matador ya consagrado tras 18 años de alternativa y que se ha ganado, temporada tras temporada el respeto y el reconocimiento de la afición de Las Ventas. Magnífico inicio de feria. Junto a "Buscavísperas" y Abellán completarán la tarde cuatro toros más de Valdefresno y otro de Hermanos Fraile Mazas, también encaste Atanasio-Lisardo, y los matadores Daniel Luque y Saúl Jiménez Fortes, que este año se anuncia como Fortes en los carteles. El sevillano Luque es, sin duda, uno de los mejores capoteros del escalafón. En el recuerdo de los aficionados madrileños aquel pique en quites con el maestro Morante de la Puebla el 2 de junio de 2010 en la Corrida de Beneficencia con el tercero de la tarde, un toro de Nuñez del Cuvillo. Infinito tercio de quites, uno bordaba el toreo, el otro replicaba aún mejor, y así ni sé cuantas veces, con la plaza puesta en pie, plagada de pañuelos, rompiéndose a olés y aplausos, un sueño, la magia del toreo. Pero Daniel Luque nos demostró la pasada temporada su gran evolución, asentado, templado, toreando de muleta a las mil maravillas, firme con los aceros, todo lo cual nos invita a soñar si los de Valdefresno le embisten. Y del malagueño Fortes también espero mucho. Torero de mucho valor, a veces incluso temerario, que se coloca en sitios imposibles, con una carrera plagada de percances, algunos gravísimos, como el del pasado mes de agosto en Vitigudino y la cogida sufrida el mítico 20 de mayo de 2014 junto Antonio Nazaré, también herido, y David Mora, que salvó la vida de milagro,  al que vi torear en febrero en Vistalegre y el pasado Sábado de Gloria en Málaga con las ganas y el compromiso habitual en el malagueño.
Como siempre decimos, que Dios reparta suerte y los toros embistan. El espectáculo está servido, tan solo esperar a que las manecillas del reloj de La Monumental de Las Ventas marquen las siete de la tarde y el sonido de clarines y timbales nos anuncie un nuevo San Isidro, un San Isidro que espero y deseo sea muy, muy, muy especial.

Antonio Vallejo

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