miércoles, 18 de mayo de 2016

Corrida Extraordinaria de la Prensa: Juan del Álamo no falla


La corrida de la Asociación de la Prensa es uno de los festejos de mayor antigüedad y tradición. Su primera edición se celebró  un ya lejano 12 de Junio de 1900, cinco años después de la fundación de la Asociación, en el antiguo coso situado en la Puerta de Alcalá. Desde entonces ha acudido puntualmente cada año a su cita con la afición madrileña, a excepción de dos años, 1937 y 1938, en plena Guerra Civil, que se celebró en Burgos y Zaragoza. El primer cartel, como curiosidad, lo compusieron los matadores Luis Mazzantini, Antonio Fuentes, Emilio Torres "Bombita" y José García "Algabeño" con toros de la Marquesa Viuda de SaltilloDesde el año 1995 se celebra en el mes de mayo, dentro de las fechas del ciclo de San Isidro pero fuera del abono, considerándose como corrida extraordinaria. 
Para esta edición de 2016 el cartel elegido ha sido el integrado por el sevillano Manuel Escribano, el salmantino Juan del Álamo y el francés Steeven Jean Groux Leal, afortunadamente Juan Leal en los carteles que confirmaba alternativa, para lidiar un encierro de la ganadería salmantina de Pedraza de Yeltes, encaste Juan Pedro Domecq y Díez. Corrida bien presentada, variada de hechuras, seria, algunos aparatosos de pitones, de pobre juego en general, escasa de fuerzas, falta de casta y raza salvo el tercero, el mejor de hechuras y de comportamiento. Unos dos tercios de entrada en la tarde de hoy, algo pobre, da cierta pena ver tanto cemento en pleno ciclo isidril, por mucho que estuviera fuera del abono. 

El toro de la confirmación del francés Juan Leal, "Mira-Bajo", 596 Kg, largo, alto, muy serio, sale suelto, sin celo en el capote, aunque parece que mete bien la cara y humilla. Primer puyazo trasero, empuja sin emplearse, largo, se le tapa la salida al de Pedraza. Sale justo de fuerzas, lo prueba Leal por saltilleras. Segundo puyazo medido de castigo por Germán González. Entra al quite Escribano, el toro sigue sin fijeza. En el tercio de banderillas suena la primera ovación de la tarde para Marco Leal, quien coloca dos buenos pares, especialmente el tercero, un gran par, reuniendo en la cara del toro. Tras la ceremonia de confirmación toma la muleta plegada el de Arles, cita en largo al toro y le da un cambiado por la espalda que le desarma y casi se lo leva por delante. Le da igual, pleno de arrojo recoge los trastos Juan Leal y se planta por estatuarios en el centro del anillo. Palmas al valor del confirmante. Inicia el toreo en redondo pero el toro va al paso, sin clase alguna, sin casta, echando la cara arriba al final del muletazo, soso y deslucido. Tampoco va sobrado de fuerzas, se defiende más que embiste. Mismo comportamiento por el pitón izquierdo, poco recorrido, cabecea, sale suelto al final de los naturales, desentendiéndose. Lo intenta Leal, acorta distancias y se mete entre los pitones al final de la faena, algo que no gusta en Madrid, escucha algunos pitos y se le pide que abrevie, pero no se le puede negar al torero valor, ganas y disposición ante un toro de nula posibilidades para el triunfo. Mata de entera desprendida al cuarto intento.
Por el orden de lidia en los casos de alternativa o confirmación de la misma no le corresponde torear a Juan Leal hasta el sexto, de nombre "Resistente I", largo, ensillado, alto, hecho hacia arriba, abierto de pitones. Echa la cara arriba y las manos por delante, no se define en su embestida, mide, aprieta en tablas, lo tiene que sacar hacia terrenos de fuera Leal andándole hacia atrás, bien el francés, lidiando, lo que hay que hacer, no todo deben ser verónicas. Dos puyazos traseros empujando con celo en el peto del caballo de Vicente González, buena pelea en varas. Justo de fuerzas a la salida del caballo. Complicado en banderillas, corta y pone en apuros a Juan Carlos García y Manuel Muñoz "Lebrija", quienes finalmente colocan los palos con oficio. Brinda al público el que es su último toro en San Isidro, puesto que esta de la Prensa es la única tarde en la que está anunciado. Inicia la faena de rodillas en le centro, cuatro pases con la diestra, se incorpora y remata la serie con uno de pecho mirando al tendido. Palmas pare Juan Leal. Sigue por ese pitón, se coloca, le pone la muleta y saca una serie en redondo con algunos muletazos buenos, el toro es noble, mete la cara pero va justo de fuerzas, se queda a mitad de recorrido, muy parado ya el de Pedraza. Por el pitón izquierdo no pasa, acorta las distancias el francés, se mete entre los pitones, arrimón de verdad, jugándosela, dejándose llegar los pitones hasta el mismo chaleco, exhibición de valor sin que el toreo parezca estar intranquilo en esos terrenos, al revés, se le ve tranquilo. Se genera división en los tendidos entre quienes no aceptan ni consideran ese toreo y aquellos a quienes este toreo les llega. Pude gustar o no. A mi, como no, me gusta el toreo largo y profundo, pero cuando un torero está de verdad, está digno, viene a jugársela y se encuentra con un toro como éste, al que le tiene que hacer todo él, en alarde de disposición y agallas, soy incapaz criticarle. Al torero hay que juzgarle por el toro que tiene delante y en este, para mi, Leal ha estado por encima del de Pedraza. Otras veces, con toros como este, se arma la bronca si el torero corta rápido la faena, incoherencia inexplicable. Mata de entera tras pinchar. Recibe ovación saludada desde el tercio en recompensa a su disposición, su entrega y su valor toda la tarde, en la que ha estado más que digno, por encima de su lote en mi opinión, aunque se le han visto defectos, ¡cómo no va a ser así si la pasada temporada se vistió de luces tan solo en cinco ocasiones!.

Manuel Escribano hacía hoy su segundo paseíllo en este San Isidro. Se va a recibir a su primer toro a la puerta de chiqueros, "Tontillo" se llama, de 503 Kg, con cara, muy serio, dos pitones tremendos, cornidelantero, astifino, musculado. Larga cambiada de rodillas a porta gayola a la que siguen verónicas con cierto gusto, aplaudidas por el público. Echa las manos por delante en el capote y blandea un poco. Se le mide mucho en el caballo de José Manuel Quinta, precisamente por esa falta de fuerzas. Se comprueba ese defecto a la salida del peto, blandea cuando lo prueba Escribano a la verónica. Turno de quite para Juan del Álamo, chicuelinas ceñidas con una media de remate extraordinaria, lenta y baja, con mucho regusto. Como es habitual, coloca los palos el propio matador. Correcto, un tanto a toro pasado, la verdad, sin grandes alardes. Tras la devolución de tratos entre padrino y confirmante, inicia el sevillano la faena de muleta con una trincherilla y un pase de desdén con mucho arte. Toro noble este de Pedraza de Yeltes, pero sin fuerza, mete la cara, sí, es cierto, pero con una sosería infinita, corta el viaje y se defiende. Pulcro ha estado Escribano, torea con temple, pero la faena no llega a los tendidos por la falta de emoción. Mismo comportamiento por ambos pitones, deslucido, no dice nada. Acorta la faena, lo cual se le agradece, y mata de estoconazo arriba que acaba con el animal. 
También se va el de Gerena a porta gayola para recibir al segundo de su lote, cuarto de la tarde, "Bellito", 579 Kg, alto, con alzada, largo. Asoma por la puerta de toriles, mira a un lado y otro, se da la vuelta y regueras al sitio de donde había salido,¡vaya, vaya!. Cuando vuelve a saltar a la arena se ne cuentea a Escribano aún plantado a porta gayola. Ni caso, se desentiende y sale suelto, a su aire. Sin fijeza en los capotes, no humilla. Entra al caballo de "Chicharito", toma una primera vara larga, cornea el peto más que empuja, le tapan la salida, se duerme bajo el peto. El segundo puyazo es muy medido. Intenta el quite Juan del Álamo, pero desiste ante el comportamiento del toro, huidizo, no es toro para un quite. De nuevo coloca los pares de banderillas el matador. Con ventaja los dos primeros, mejor el tercero, quiebro al violín al hilo de las tablas, recortando hacia dentro. Inicia directamente el toreo en redondo, le pone la muleta, le tapa la cara al Pedraza y lo torea con la mano baja, ligando una aceptable serie por el pitón derecho. El toro es noble, obedece, pero le falta energía, cabecea y echa la cara arriba al final de muletazo. Molinete con gracia de Escribano y un pase de pecho para quedarse colocado y dar otra serie en redondo con la mano a media altura carente de emoción, sin transmisión. Idéntico comportamiento por el pitón izquierdo, corto recorrido y falta de chispa. Naturales al hilo del pitón, poco lucimiento por ahí. La faena se viene definitivamente abajo por las malas condiciones del animal. Mata de pinchazo, entera y dos descabellos. Escucha silencio en ambos toros. Aún le queda una tarde más a Manuel Escribano, confiemos que le embistan los toros, no como los de esta tarde, ante los que ha estado solvente y por encima de ellos.

Juan del Álamo es un caso peculiar en Las Ventas. Sus actuaciones durante los tres últimos años se cuentan por orejas. Siete tardes había hecho el paseíllo en Madrid y seis orejas había cortado. En varias tardes ha estado a punto de abrir la Puerta Grande, pero aún se le resiste. No dudo que ese día llegará y no será muy lejano. Y hoy no ha fallado a su particular estadística. Una oreja ha cortado al buen tercero, el mejor de la corrida, sin tocar pelo en el quinto por las nulas condiciones del animal. 
"Holandero" de nombre el referido tercero, un toro colorado precioso, de magníficas hechuras, preciosa estampa, serio, mucho, bien rematado, cuajado, una auténtica belleza. Verónicas de saludo con mucho gusto del salmantino, humilla el de Pedraza, mete la cara con clase, olés en los tendidos al buen toreo de capa de Juan del Álamo. Blandea el toro, entra dos veces al caballo que monta Óscar Bernal sin que se le pegue prácticamente nada, simulacro de tercio de varas, casi ni sangra el toro. Pares de banderillas aseados a cargo de Roberto Martín "Jarocho" y Alfredo Cervantes. Rompe el toro en la muleta, tiene clase y ritmo, es pronto, mete la cara, humilla, repite. Toma la muleta con la mano diestra y comienza un recital de toreo en redondo templado, ligado, bajando la mano, muletazos largos, cerrándole la salida, con belleza emoción y transmisión. Tres series por es pitón derecho de gran calidad, olés sentidos en el público, sensacional e también los remates de pecho, de pitón a rabo. Trincherazo para colocarse sobre la mano izquierda. Por ese pitón le cuesta más, saca un par de naturales buenos, hondos, pero no tiene la claridad del pitón derecho. Tres trincheras consecutivas de olé, bellísimas, seguidas de un pase de desdén para ligar otra tanda en redondo de enorme plasticidad, con temple, muletazos profundos, la mano baja, enorme toreo de Juan del Álamo y enorme la ovación de la plaza, entregada al salmantino, que ha bordado el toreo en redondo ante este noble y bravo toro de Pedraza de Yeltes. Adornos finales con un cambiado por la espaldee de mucho riesgo y bernardas ceñidas rematadas por otro extraordinario pase de pecho. Mata de entera desprendida y corta una oreja tras la petición mayoritaria, aunque, como casi siempre, hay una docena de puristas que protestan la concesión del trofeo, me imagino que por la colocación de la espada. Y es posible que tengan razón, pero me da igual. Yo no voy a los toros con regla, escuadra y cartabón, voy a ver un arte, y si lo que hace el torero, su arte, me llega y emociona, un centímetro de más o uno de menos no me importan, y meso aún en esta temporada, no me voy a cansar de repetirlo. Otra cosa es que hubiera colocado un bajonazo, pero no ha sido el caso.Así que, para mi, oreja justa y merecida. Además, ¡qué caray!, que el salmantino es un torero que me gusta mucho, le he visto las ocho tardes que ha toreado en Madrid y en todas ellas le he visto hacer las cosas bien y con gusto.
El quinto de la tarde, segundo del lote de Juan del Álamo, "Resistente II", de 630 Kg, una barbaridad, es como uno de esos autobuses articulados de la EMT que circulan por Madrid de lo largo que era y la sensación que daba en sus movimientos al girarse. Ensillado, hecho hacia arriba, abierto de cara, muy serio, con mucho cuello, mete bien la cara y humilla en el capote del salmantino. Buenas verónicas, ganando pasos, llevando al toro hacia fuera, sensacional la media verónica con la que remata el saludo. Tardo en el caballo, se va a buscarlo Paco María a las rayas, algo que enfada al personal, no se emplea, se deja pegar. Además se le pica trasero, como a casi todos ahora, por lo que el varilarguero es despedido con pitos. Complicado en banderillas, echa la cara arriba, cortando y distraído, pares con riesgo, magnífico Pedro Vicente Roldán en el tercero, dejándose llegar a la cara del toro, clavando con limpieza. Brinda al público Juan del Álamo. Difiícil de torear este de Pedraza, viaje corto, cabeceando, tanto que en uno de los pase con la diestra coloca la punta del pitón a la altura de la mejilla del salmantino, que se salva de milagro. Le pone la muleta del Álamo, trata de conducirlo bajo, pero el toro se defiende a arreones. No se esconde Juan, se pone con la mano izquierda, por ahí no traga ni uno, se defiende, se revuelve y busca. No hay más faena, decide abreviar, con muy buen criterio, y mata de entera arriba que hace rodar al toro sin puntilla.

Mañana retomaremos el abono, entrando en una semana de corridas de máxima expectación, con las figuras a las puertas, días para soñar. De momento, en la tarde de hoy hemos visto a un Juan del Álamo fiel a la cita con su particular estadística venteña. Ya van siete orejas cortadas en ocho tardes, no está nada mal, es una garantía, un auténtico valor seguro. Juan del Álamo no falla.

Antonio Vallejo 

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