sábado, 28 de mayo de 2016
21ª de abono: Si no hay toro...
Hoy he acudido a Las Ventas con mucho ánimo, en una tarde preciosa, un sol espléndido y una temperatura agradabilísima, de esas que apetecen. Lo he hecho, además, acompañado de mi amigo Jacobo, quien dice que es aficionado y que no entiende mucho de esto. No sé, no sé, lo que es seguro es que sentido común lo tiene a raudales. Solo había que oirle los comentarios a lo largo de la corrida, los ha clavado, con las hechuras, con rasgos del comportamiento de los toros, apreciando cuando el torero estaba haciendo bien las cosas, viendo claro muchos matices, y eso también es entender de toros, Jacobo, porque sabes apreciar este arte y sabes sacarle gusto a lo que ves, aunque como en esta tarde, sea poco. Y para rematar la faena, como suele decirse en este lenguaje tan particular que es el taurino, has dicho al final de la corrida, viendo las nulas cualidades y el comportamiento del sobrero que ha salido por el inválido sexto, una frase que resume a la perfección lo que ha sido esta tarde en Las Ventas: "Esto no son toros, son reses". ¡Olé!. Efectivamente así ha sido. Los de El Pilar, encaste Domecq Díez, han sido seis animales para mi gusto muy bien presentados en general , corrida muy pareja, de hechuras agradables, armónicos, musculados, proporcionados de pitones, serios y astifinos, sin exageraciones, pero con trapío. Seguro que, con el pedazo Nikon que has llevado, te han salido unas fotos preciosas (una al menos he visto, buenísima foto, de un magnífico par de banderillas creo que de Ángel Otero), porque lámina tenían los de El Pilar. Todos ellos estaba claro que eran bovinos, reses, su morfología así lo confirmaba, pero en ningún momento han sido lo que entendemos y queremos como toro, toro de lidia, toro bravo, en cuanto a juego y comportamiento. Toros sin casta, sin raza, sin fondo alguno, más o menos manejables, pero carentes de cualidades para generar el mínimo de emoción. Lo que tú has sentenciado con enorme tino: Eran reses, no toros. Y así también lo ha coreado al final de la corrida un amplio sector de aficionados al grito de "toros, toros, toros".
Pocas, muy pocas opciones de triunfo para la terna. Una lástima, porque creo que íbamos a la plaza con enormes ilusiones por ver de nuevo a David Mora tras su apoteosis de hace tres días, de ver a López Simón con su toreo de valor y poder y muchos arrastrados por Fandi y su toreo atlético, sobre todo en banderillas.
Sinceramente, creo que Mora y López Simón han estado por encima de sus toros, siendo también cierto que han sido los únicos que han encontrado algo en sus oponentes. Ambos han estado muy profesionales, dignos y firmes, tratando de sacar lo poco que hubiera dentro de sus lotes. En mi opinión, ambos han llevado las sosas embestidas de sus toros con temple, intentándolo todo por ambos pitones, llegando a sacar muletazos aislados de más envergadura, como un par de series muy buenas del madrileño Alberto López Simón con la diestra, ligadas, al tercero, y unos naturales más hondos de David Mora al segundo. Destacar también que ambos han estado poniéndose y exponiéndose toda la tarde, sin taparse, sin esconderse, sin gestos de cara a la galería, para mi han estado de verdad, aunque los intentos hayan resultado deslucidos y aparentemente intrascendentes. Para darse cuenta de esto basta reseñar el susto que el segundo le ha pegado a David Mora cuando toreaba con la zurda, en un descuido se ha destapado y el toro le ha prendido y volteado feamente, de milagro se ha salvado de ser empitonado.
Un poco menos entonado he visto a Fandi, algo desconfiado ante los toros, aunque la verdad es que no me extraña con lo que tenía delante. Para colmo de males el primero se lo ha llevado por delante cuando lo recibía de capa, afortunadamente sin consecuencias. En la muleta no ha habido nada, tampoco es que el granadino haya estado especialmente entonado y confiado, ha optado por abreviar, toreo con los pies, machetazos por bajo, y cortar por lo sano ante las nulas opciones que le han dado los de El Pilar. Siendo su fuerte el tercio de banderillas, tampoco ha sido especialmente brillante. En el primero creo que ha reunido y clavado con cierta ventaja, sobre todo el tercero, claramente a toro pasado, mejorando el nivel de los pares en el cuarto, cuadrando más en la cara, sin tanta ventaja, desatando la locura de sus seguidores con el clásico al violín. Y ya que hablo de banderillas, hay que destacar los dos magníficos pares que ha colocado ese sensacional subalterno, ese sensacional banderillero que es Angel Otero, al segundo. Dejándose ver, con un toro que presentaba complicaciones en este tercio por lo que esperaba y cortaba, al que ha colocado los palos en la cara, de poder a poder, sacándolos desde abajo, dejando los cuatro reunidos, para salir con inmensa torería tras el encuentro. La ovación atronadora que ha escuchado le ha obligado a responder saludando montera en mano.
Y poco más ha tenido esta tarde de esperanzas frustradas, salvando el extraordinario jamón y el salchichón que hoy nos has traído, Carmen, ese sí que era de dos orejas y rabo.
Para terminar, una reflexión que hemos compartido en no sé que toro durante el tercio de varas. Una vez más, y ya van muchas, demasiadas, este tercio o ha pasado inédito o ha sido mal ejecutado, algo que, desgraciadamente, es ya endémico. Un tercio elemental, básico, indispensable para la lidia y para que el toro llegue en condiciones óptimas a la faena de muleta, se está convirtiendo día a día en una especie de molesto trámite que hay que pasar y corre serio peligro de caer en el más oscuro olvido. Motivo de preocupación, sin duda alguna.
Lo dicho, Jacobo, los que han salido de los corrales eran reses, no toros bravos, tienes toda la razón, magnífico resumen. Y esta Fiesta ya se sabe cómo es, si no hay toro….
Antonio Vallejo
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