Suspendida la quinta de abono por la lluvia. Bueno,mejor dicho, por algo muy parecido a lo que debió ser el diluvio universal, porque lo que esta tarde ha caído sobre Madrid ha sido tremendo. Ya llevábamos los cuatro días anteriores de San Isidro con el cielo gris, amenazante unos días y descargando agua otros. De hecho, el domingo fue uno de esos días en los que creo que nadie dábamos un céntimo por que la corrida fuera para adelante. Pero a eso de las cinco y media de la tarde cesó la lluvia, incluso parecía que el cielo abría un poco y que se podría lidiar la de Montealto. Tras media hora de cavilaciones se decidió arrancar el paseíllo. Tremendo error en mi opinión, como se demostró posteriormente. El piso estaba impracticable, la arena no era tal, era barro, en un estado lamentable, perjudicando seriamente el espectáculo y poniendo en riesgo la integridad física y la vida de toreros y subalternos. Pero quienes tienen la última palabra son quienes se juegan la vida delante de la cara del toro, todo mi respeto a sus decisiones aunque no las comparta. Pero en la tarde de hoy no cabía lugar para la mínima duda. A las siete el ruedo estaba en condiciones imposibles para el normal desarrollo de la lidia, como se ha anunciado por la megafonía, con la natural y lógica suspensión del festejo. Como se ve en la fotografía tomada de la web de Las Ventas, los toreros, las cuadrillas, apoderados y presidente han optado por la decisión acertada, el barrizal era horrible y aguardar media hora, como suele hacerse muchas veces en espera de que dejara de llover, absurdo, tanto por las previsiones meteorológicas poco optimistas que había como por el triste espectáculo que se hubiera dado a los pocos espectadores que hubieran aguantado en los tendidos.
Esta tarde, de todas formas, ya venía alterada desde ayer, cuando se anunció el cambio de la ganadería francesa de Robert Margé por la salmantina de Vellosino, ambas de procedencia Domecq Díez, al no pasar el reconocimiento los toros traídos desde Francia. El cartel formado por el toledano Eugenio de Mora, precedido por las dos orejas cortadas en sendas tardes el pasado San Isidro, el francés de Arles Juan Bautista, quien precisamente cortó el domingo una oreja al buen primero de Montealto, y el mexicano Octavio García "El Payo", torero de mucho valor que deslumbró en su presentación como novillero en Las Ventas el 19 de mayo de 2008 ante un novillo de La Quinta al que realizó una extraordinaria faena, resultando cogido y perdiendo los trofeos con los aceros. La tormenta se ha encargado del resto. Una lástima habernos quedado sin toros, pero esto es así, como lo ha sido siempre; que haga frío, viento, lluvia, que la climatología sea desagradable en la primera parte de San Isidro es algo que, al menos en lo que yo recuerdo, ha ocurrido siempre. Así que, ni cambio climático ni nada, lo mismo de toda la vida, en invierno frío, en verano calor y en Madrid lluvia en San Isidro…hasta que la próxima semana salga el sol, ¡como toda la vida!
Antonio Vallejo
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