jueves, 12 de mayo de 2016

6ª de abono: Toreando bajo la lluvia


Van seis de este San Isidro y la lluvia que no se va. Hoy más y más agua, para no perder la costumbre. Todo el día sin caer una gota, el cielo más o menos amenazante, ora gris, ora gris oscuro, ora algo más abierto, pero siempre con la espada de Damocles sobre la plaza de toros de Las Ventas. Y claro, tanto va el cántaro a la fuente….que a las seis y media, tan solo treinta minutos antes de la hora prevista, ¡hay que jo…robarse!, ha comenzado a llover, al principio lluvia fina, en el tercero una manta de agua que convertía la arena de la plaza madrileña en un auténtico barrizal. Un día más se ha convertido en una heroicidad aguantar en el tendido bajo el diluvio, cada uno como puede, gabardinas, ponchos, gorros, paraguas (¡qué incomodos y lo que quitan de visión!), pero la afición está por encima de fenómenos meteorológicos, ¡ah!, y que en el ruedo estaba Paco Ureña. Es, sin duda, el nombre y el hombre de la tarde. Olvidemos ya la climatología, da igual cuando se ve torerar a alguien como hoy lo ha hecho el lorqueño, firme, magnífico en el tercero, sencillamente sublime en el sexto. Lección de toreo, de mando, de colocación y de temple. Una Puerta Grande que ha tenido en sus manos, que ha acariciado con la punta de los dedos pero que se ha ido al limbo por el fallo a espadas. De haber matado a sus dos oponentes a la primera como lo ha hecho al segundo intento, no es descabellado pensar en que a estas horas estaríamos hablando de tres orejas en lugar de la única que ha cortado al sexto. Eso sí, oreja de ley, de mucho peso, de las que valen muchos contratos, que no hace sino confirmar lo que desde la anterior temporada viene demostrando el murciano, tras la antológica faena en la pasada feria de otoño madrileña y su triunfo en esta reciente Feria de Sevilla cortando dos orejas a su primer victorino. Torero curtido en mil batallas, lidiando durante años, diez de alternativa lleva ya, corridas de los hierros llamados duros, que con su arte, su valor y su esfuerzo se ha ganado el reconocimiento general y que ahora goza del "privilegio" de lidiar las corridas llamadas  "artistas" y "comerciales". Junto al murciano completaban el cartel el sevillano Manuel Escribano, quien ya ha entrado en la historia de la Tauromaquia como el que indultó a "Cobradiezmos", el extraordinario toro de Victorino Martín, en el abril hispalense, e Iván Fandiño, el vizcaíno que de tan buen cartel goza en Madrid tras las cuatro orejas cortadas en la temporada 2011, su salida a hombros  en 2014 y su valiente encerrona el Domingo de Ramos de 2015 con seis toros de diferentes ganaderías de las consideradas duras. Tarde importante, de las que se marcan en rojo cuando uno renueva el abono, de las que nadie se quiere perder, de ahí los más de dos tercios de plaza a pesar del mal tiempo. Para los tres matadores, cinco toros de El Torero, procedencia Domecq Díez, y uno de Torrealta, procedencia actual Jandilla y Torreestrella, origen Domecq Díez, serios, variados de hechuras, en general bien de presentación aunque algo desiguales  y, en mi opinión, alguno de ellos con un exceso de pitones que no corresponde a lo que suele ser el encaste Domecq en su rama Domecq Díez, tradicionalmente bajos de agujas, armónicos  y de cornamenta no excesivamente desarrollada. A mi, al menos,  me ha parecido que alguna arboladura no estaba acorde a la caja, incluso uno me ha recordado a la cornamenta que lucen los toros del rodeo americano en Texas. No solo de grandes pitones vive el trapío, pero Madrid es Madrid y para pasar el reconocimiento a veces hay que pagar algunos peajes en forma de kilos o pitones.

El primero, "Plomazo", 516 Kg, bonito cinqueño, serio, bien armado, algo veleto, desafiante, no permite excesivo lucimiento a Escribano en su saludo capotero, con el ruedo empezando ya a convertirse en barro. Se deja pegar en el caballo, si emplearse en demasía, empuja pero sin meter los riñones, mejor el segundo puyazo de José Manuel Quinta, bien colocado pero midiendo mucho el castigo ante las aparentes escasa fuerzas del de El Torero.  Pares de banderillas a cargo del propio matador, como suele ser costumbre en él, bien colocado el primero, a toro pasado el segundo y con riesgo el tercero, al violín, junto a las tablas, en un estrecho margen entre estas y el toro. Inicio de faena en los medios, tres pases cambiados por la espalda sin mover los pies, clavadas las zapatillas, para iniciar el toreo en redondo. Pases suaves, sin obligarle, a media altura, templados pero sin emoción por la falta de condiciones físicas del toro. Se le mide al de Gerena y se le recrimina su colocación, un tanto fuera de sitio, al hilo. Mejor, en mi opinión, con la mano derecha, sacando una serie de más valor por temple y ligazón, con la mano baja, alargando el viaje. Pero el toro tiene poco recorrido, escasas energías, no se le puede bajar la mano y se pierde emoción. Por el pitón izquierdo resulta más complicado, corta el viaje, se defiende, no encuentra el sitio el sevillano al que se le recrimina con más fuerza su colocación. Naturales sueltos, quizás uno de más hondura, pero la faena va a menos. Retoma el toreo en redondo pero el animal ya no va, lo intenta Escribano por ambos pitones pero no hay más. Pincha al primer intento y mata de un bajonazo al segundo. Silencio para Manuel Escribano y palmas para el toro, tampoco entiendo bien por qué, pero así ha sido.
El cuarto, "Molinero", de 580 Kg, es un pedazo toro, muy serio, bien armado, armónico, gran presencia. Suelto, barbea en tablas de salida. Se acuesta por el derecho y arrolla a Escribano al tratar de lancear a la verónica. Mala pelea en el caballo  que monta Chicharito, dos puyazos sin celo, sin empujar, echando la cara arriba, haciendo sonar el estribo, saliendo rápido y sin fijeza. Al igual que en su primero, coloca los garapullos el matador. Buen tercio de banderillas, con pureza los dos primeros pares, con el corazón en un puño nos ha puesto en el tercero, sentado en el estribo, con un recorte espeluznante pegado a las tablas, jugándose el físico y la vida bajo una tromba de agua. Gran ovación para el sevillano. Contemos, además, que el riesgo asumido por Escribano en banderillas se ha cisco muy incrementado por el estado del piso, puro barro en el que un fallo de adherencia, un resbalón, podía haber resultado fatal. El toro tiene un punto de nobleza, pero le falta casta y fuerzas. Se queda corto, sale suelto, le mima Escribano en su muleta, pero el de El Torero parece que no quiere saber mucho de la pelea. Algunos redondos con gusto, buenos muletazos con la diestra y poco más, poco o muy poco por el pitón izquierdo, faena desligada. Mata de media algo defectuosa pero suficiente para pasaportar al animal. Silencio en la despedida del sevillano en la tarde de hoy. Por cierto, un apunte hacia el puntillero de la cuadrilla de Manuel Escribano. Con un golpe de puntilla debe ser suficiente, no seis, siete o más, con una imagen que no nos gusta ver.

Mala suerte ha tenido Fandiño con su lote, creo que el menos manejable de la corrida. Su primero, "Orejuelo". 503 Kg, serio, abierto de cara, bien rematado, armónico, menos exagerado de pitones que otros de sus hermanos, quizás por ello haya sido protestado de salida. Lances de recibo a la verónica con el de El Torero apretando hacia tablas, tiene que sacarlo el vizcaíno Iván Fandiño hacia fuera. Poco lucido en el capote. Mala pelea en el primer puyazo, cabecea, echa la cara arriba, sin demasiado celo en el peto del caballo de Rafael Agudo. Humilla más en la segunda vara, pierde las manos, se le pega poco. Quite por chicuelinas ceñidas a manos bajas de Paco Ureña que viene a por todas. Ovación para el  murciano. Pares con oficio, bien colocados por Diego Ramón Jiménez y Víctor Manuel Martínez a un toro con ciertas complicaciones, que echa la cara arriba. Detalle de buen torero el de Iván García en la brega, siempre por bajo, llevándose al toro hacia el burladero a punta de capote para permitir al matador brindar el toro, según me he enterado más tarde, al maestro mexicano El Pana, gravemente corneado la pasada semana y que parece va a sufrir serias secuelas neurológicas. Inicio de faena en el tercio, probándolo con suavidad, llevándolo hacia fuera. Toma la muleta con la diestra, engancha la tela al segundo muletazo, sale suelto, tendencia a irse suelto hacia las tablas. Traga dos muletazos, al tercero se desentiende de todo. Embiste sin clase, sin humillar, dando cabezazos, descastado. Faena desligada, sin emoción a pesar de los intentos de Fandiño por sacar muletazos que consigan transmitir algo de emoción. Se justifica el de Orduña pero resulta imposible el lucimiento ante un toro que se ha venido abajo. Abrevia con buen criterio y coloca una media arriba que precisa del uso del verduguillo para hacer doblar al toro. Silencio para Fandiño.
El segundo de su lote, "Gladiador", 521 Kg, de Torrealta, preciosas hechuras, bajo de agujas, muy serio, acapachado de pitones, precioso de capa, burraco o carbonero según el programa de mano. Poco lucido en el capote de Iván Fandiño, pegando derrotes, sin meter la cara con clase. Entra al caballo que monta Juan Melgar como un auténtico trolebús, se pega un topetazo y empuja más por inercia que por bravura, cabeceando, sin meter los riñones. Dos puyazos sin demasiado castigo. A estas alturas de la tarde el suelo está casi impracticable y realmente peligroso, lo que no es obstáculo para que Iván García y Víctor Manuel Martínez coloquen tres buenos pares de banderillas haciendo bien la suerte, con mucho riesgo, sin ventajas, teniendo que saludar montera en mano a la ovación del público. Complicadísimo el Torrealta en la muleta, embistiendo con brusquedad, la cara alta, pegando tornillazos. Le trata de bajar la mano el vizcaíno, es casi imposible sacar un solo muletazo, expone Fandiño sin esconderse, no se le reconoce el mérito. Abrevia entre protestas Iván Fandiño. Mata de media tendida trasera y dos golpes con el estoque de cruceta.  Pitos para el matador.

Paco Ureña es uno de los toreros más esperados en este San Isidro, y no ha defraudado. "Marisquero" de nombre su primero, de 519 Kg, serio, más feo de hechuras que sus hermanos, corto de cuello, hecho cuesta arriba. Lances a la verónica a pies juntos junto a las tablas, con gusto, le gana terreno al toro, dando un pasito adelante en cada capotazo, buenas verónicas jugando bien las manos, rematado con una media muy aplaudida. Se va suelto hacia el caballo que guarda puerta, lo recoge perfectamente colocado Álvaro López "Azuquita" para devolverlo de nuevo a los terrenos del picador de turno sin dar un solo capotazo, sensacional en la brega este subalterno. Primer puyazo trasero que tiene que rectificar Pedro Iturralde. Se duerme el de El Torero en el peto del caballo sin empujar. Segundo puyazo mejor agarrado, el toro se deja pegar sin emplearse. Muy buenos pares el segundo y el tercero a cargo de Azuquita y Curro Vivas, con facilidad, cuadrando en la cara del toro, reuniendo bien. En estos instantes, cuando se dispone el murciano Paco Ureña a iniciar la faena de muleta es cuando más arrecia la lluvia, tremendo lo que cae, pero nadie se mueve de sus asientos. Con el ruedo poniéndose peligroso inicia la faena de muleta por el pitón derecho. Le ofrece la muleta, el de El Torero va y mete la cara, saca una primera tanda en redondo sin obligarle. En la segunda le baja más la mano y el toro mete la cara, mejor serie, templada y ligada, coreada con olés. Primera ovación. El toro arranca con prontitud, bien colocado Ureña, lo lleva largo y por bajo, muletazos limpios, repite el toro, más emoción en esta tanda por el derecho rematada con el de pecho. Poderoso y dominador Ureña, sometiendo al toro, con series cortas y medidas porque al cuarto muletazo obligándole protesta y se defiende. Muy bien el murciano, acoplado, toreando despacio, ligando los muletazos, con emoción. Responde el público con otra fuerte ovación. Mucho mérito lo que ha hecho Ureña a este toro, pasándoselo muy cerca, sobre todo por el pitón izquierdo, que presenta muchas complicaciones, se revuelve y busca, pero no se arruga el lorqueño, se cruza, le da el pecho y le consigue sacar  dos naturales de mucho valor, tragando los arreones del de El Torero. Nueva ovación por su valiente y firme actitud. Vuelve al pitón derecho y le receta una tanda en redondo a pies juntos, algunos desmayados, mirando al tendido, bajo un impresionante aguacero que enloquecen al personal. Nueva ovación. Remata la faena con ayudados por bajo y una trinchera con gusto. Coloca al toro en la suerte contraía y pincha. Lástima porque creo que hubiera cortado una oreja si coloca a la primera el magnífico estoconazo al volapié que ha hecho al segundo intento y que hace rodar sin puntilla al de El Torero. Cerrada ovación para Ureña recogida desde la segunda raya bajo una manta de agua. Grandísima actuación del murciano ante este difícil toro al que ha podido y sometido.
Toda la suerte confiada al sexto, "Ojibello", 540 Kg, exagerado de pitones, muy abierto de cara, veleto. Aprieta hacia dentro en el capote de Ureña, poco lucimiento en el saludo de capa. Tercio de varas de trámite, poco castigo por parte de Vicente González con un toro que tampoco se emplea en el caballo. Tercio de banderillas a cargo de Curro Vivas y Azuquita resuelto con facilidad y limpieza, algo de mucho mérito viendo cómo estaba el ruedo de Las Ventas a estas alturas de la corrida. Sensacional, magistral toreo de Ureña a este toro. Desde el primer muletazo doblándose por bajo se veía que algo grande podía pasar. Primera tanda en redondo sin más preámbulos, con enorme despaciosidad, templada, perfectamente colocado, ligando los muletazso sin tener que rectificar su colocación. ¡Extraordinario!. A esta tanda le sigue otra de iguales característica, más larga, con el toro desplazándose y repitiendo, metiendo bien la cara en la muleta que le ofrece baja el de Lorca, rematada con un sensacional pase de pecho. Está poniendo la plaza  a cien, toreando en largo, la muleta muy baja, a nivel del barro, abierto el compás, sublime el toreo por el pitón derecho.  Cambia a la mano izquierda, le busca la distancia, se cruza, pases sueltos, por ahí le cuesta más embestir, pero finalmente logra sacar naturales bajos y hondos coreados con olés sentidos, sobre todo dos que da a pies juntos, pasándose al toro por la barriga, enorme. Una serie más con la mano derecha, también buena, pero el toro se está apagando y no debe alargar la faena. Adornos finales por bajo con una trinchera plena de sabor. Todo está hecho, sabe que tiene las orejas en su mano. Pincha en la suerte natural, una lástima. Estoconazo volcándose al segundo intento en la suerte contraria. ¡Ay los aceros, cuantos sueños mutilan!. Oreja de ley, de peso para este gran torero y fuerte ovación para el de El Torero en el arrastre.

Resumen de una tarde que ha estado marcada de nuevo por la intensa lluvia y por un torero que hoy ha demostrado que sus últimos triunfos del paseo año en Valencia, Pamplona, Bilbao, Madrid en otoño y el de Sevilla hace menos de un mes no han sido producto de la casualidad, y que de no haber sido por la espada hubiera hecho algo muy, pero que muy grande en Madrid, toreando bajo la lluvia.

Antonio Vallejo



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