jueves, 26 de mayo de 2016
19ª de abono: Con todo en contra
Tarde a la contra, con todo en contra, envuelta en un ambiente enrarecido, de descontento, de cabreo diría yo, que no ha hecho nada bien a lo que se ha visto o dejado de ver hoy en Las Ventas. Con razón o sin ella, no entro a juzgarlo, arrancaba el paseíllo entre protestas orquestadas y dirigidas por el 7. ¿El motivo?. Muy claro, el cambio de ganadería anunciado esta mañana. Ninguno de los toros de Jandilla-Vegahermosa pasó el reconocimiento, doce toros me cuentan que trajo Borja Domecq y ninguno fue aprobado por el equipo de veterinarios. En su lugar se anuncian seis toros de El Vellosino, de procedencia Domecq Díez, la misma que Jandilla. Este baile de corrales ha enervado a un sector de los aficionados y les ha puesto en pie de guerra toda la tarde. Sinceramente, creo que no les faltaba razón. El enfado está más que justificado, y la protesta también, con motivo, al sentirse engañados y estafados. Pero también pienso que en varios pasajes de la corrida han equivocado las formas, o a lo mejor alguno ha aprovechado ese ambiente enrarecido para cargar contra un torero en concreto, me refiero a El Juli, en el punto de mira permante de algunos espectadores y a quien han machacado toda la tarde, cuando estaba toreando y también cuando ya había matado sus dos toros y se encontraba en el callejón observando la actuación de sus compañeros de cartel. Tarde, por tanto, de cuchillos afilados, desarrollada entre silbidos y sonoras muestras de desaprobación al ganado y a los toreros. Hasta ahí algo dentro de lo normal, a unos les gusta lo que ve ya otros no, así es el arte y así es nuestra Fiesta. Pero hay que saber cuando es momento de expresarse, y hay un momento en el que, por muy enfadado que uno esté con el pobre espectáculo al que está asistiendo, no se puede ni se debe alzar la voz. Es el instante en el que el torero se perfila para entra a matar, que exige el máximo respeto. Ha sido en el cuarto, cuando Juli se disponía a ejecutar la suerte suprema tras una, a mi modo de ver, buena faena a este cuarto, con temple, con mando, con derroche de técnica, con enorme facilidad ante el toro, tanta que parece que no hace nada y no se le da mérito. Buscando su segundo de gloria algún espectador, que no aficionado, se ha puesto a gritar a Juli cuando se disponía a entrar a matar su toro. Muy mal, fatal, vergonzoso, de pésimo aficionado, nulo aficionado le calificaría yo, el que se ha comportado de manera tan infame. Si hubiera autoridad sería para expulsarle de la plaza.
Ha sido precisamente en este cuarto de la tarde cuando se han vivido los mejores pasajes de la tarde, con un Juli firme y poderoso, que ha metido en la muleta a un animal sin casta ni fondo, de embestida sosa, deslucido, al que poco a poco, a base de temple, le ha ido mostrando el vuelo de la muleta, primero por el pitón derecho y luego por el izquierdo, lado por el que han surgido los mejores pases de la tarde. Naturales ligados y bajos, de mucho mérito, hondos, gran toreo de Juli sobre su mano izquierda, inmerso en ese ambiente a la contra que ha tenido que soportar el de Velilla durante toda la corrida. Muy por encima de sus dos oponentes ha estado Juli esta tarde, dando muestras del torero con mando que es. Al final se ha impuesto la razón, la gran mayoría de espectadores ha premiado con una calurosa y cariñosa ovación al madrileño por su actuación, acallando las críticas de unos 20 ó 30 espectadores que querían imponer su criterio e impedir que el madrileño saludara desde más allá de la segunda raya. Pero igual que comento esto que me parece una injusticia, también creo que hay que hacer una mención especial a lo ocurrido al saltar el sexto de la tarde, un toro indigno de presentación para Madrid, 637 Kg de carne, una masa sin forma, sin cuello ni cara, desproporcionado de pitones, cornicorto, estrecho de sienes, feo a rabiar. Se ha montado la bronca gorda, y con toda la razón. Es un insulto que un toro como ese haya pasado el reconocimiento en Madrid. Encima ha sido devuelto a los corrales por inválido. Lamentable toro, muy bien y con toda la carga de razón los aficionados, la paciencia tiene un límite.
Otros de los momentos buenos de la tarde han surgido de la muleta de López Simón, muy firme y comprometido en sus dos toros. Al su primero le ha cuidado y le ha administrado sus escasa reservas para componer una faena templada, con exquisita suavidad, obligándole poco a poco, para terminar con dos buenas series en redondo con la mano baja, muletazos ligados y templados coreados con olés. Sinceramente, he visto muy acoplado al de Barajas en este toro, sacándole los pases que tenía antes de que se agotara definitivamente el de Vellosino. Lo mismo podría decir de López Simón en el sexto, toro complicado, con la cara arriba, defendiéndose por su falta de casta y fuerza, ante el que el madrileño ha estado firme y con responsabilidad, y al que ha sacado unas buenas series de derechazos com temple y ligazón en los primeros compases de la faena.
Y si Miguel Angel Perera hubiera tenido toro estaríamos hablando de muchas cosas, seguro. Temendamente serio el extremeño, en un gran momento de forma, muy por encima de sus dos oponentes, llevando en largo a sus toros cuando han tenido alguna fuerza y robándoles muletazos en la distancia muy corta, entre los pitones, sin moverse de un palmo de terreno, con exposición y riesgo. También infravalorado Perera en esta tarde, dando muestras de torero maduro ante reses sin casta ni raza, uno de sus toros un manso infumable, el segundo de la tarde, huyendo de los capotes, del caballo y de la muleta, siempre a tablas, mostrando su querencia, para morir a la puerta de chiqueros.
Tarde enrarecida en la que Juli, Perera y López Simón han sabido sobreponerse a las constantes protestas y han sabido estar siempre por encima de sus oponentes, a pesar de tener todo en contra.
Antonio Vallejo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario