miércoles, 25 de mayo de 2016

18ª de abono: David Mora y Malagueño, conjunción celestial


Hoy era el día, tenía que ser hoy, no podía ser de otra manera. Dos años después de su terrible cogida en esta  plaza regresaba David Mora a poner sus pies en ella. Lo dije el día 21de febrero en Vistalegre, en el mano a mano con Fortes, en lo que era su regreso al toreo después de mese de auténtico calvario, este hombre es un ejemplo de superación, de constancia, de capacidad de sufrimiento, ejemplo que debiera enseñarse a tanta juventud anclada en lo cómodo, lo fácil, lo inmediato, que se rinde ante la mínima adversidad y que desprecia el esfuerzo. Un hombre que ha mirado a la muerte cara a cara y que hoy regresaba al escenario donde lo hizo. No paro de imaginarme los sentimientos de David Mora en el hotel, en la furgoneta camino de Las Ventas, en la capilla, en el patio de cuadrillas en los instantes previos a la corrida, en el momento de abrirse las hojas de la puerta de dicho patio y pisar otra vez la arena de Las Ventas, el propio paseíllo y, sobre todo, la tremenda ovación que ha recibido al romperse el mismo, que a muchos nos ha puesto los pelos de punta, la plaza en pie, las manos rotas de aplaudir, así es esta plaza. Tenía que ser hoy el día soñado, el día que todo torero espera, el día en el que el toro y el torero forman una unidad perfecta, la conjunción celestial, de Madrid al cielo taurómaco.
Era el segundo de la tarde, de nombre "Malagueño", 563 Kg de peso, un toro bajo, badanudo, largo, con caja, muy en Nuñez, cornidelantero, abrochadito, muy serio. Un toro que ha reunido todo lo que se puede pedir a un toro: Bravura, nobleza, clase, casta, raza, prontitud, codicia, repetición, largura en la embestida, humillación, el toro soñado. De primeras se frena en el capote de David Mora, aprieta hacia las tablas, sale airoso el madrileño, lo saca a la segunda raya. Torea como los ángeles por verónicas lentas, acompasadas con el cuerpo, componiendo la figura, con mucho gusto y una elegancia indudable. Suenan los primeros olés, que retumban con la media de remate, con sabor a toreo de época. Entra bien al caballo de Israel de Pedro, con ritmo, galopando, toma un primer puyazo largo, sin demasiado castigo, mete la cara, empuja, aunque no se emplea en demasía. Es en el segundo puyazo donde rompe el de Alcurrucén, se arranca en largo, galopa directo al peto, humilla, empuja con los riñones, pelea de bravo. Sensacional Israel de Pedro, agarrando a la primera ¡y encima pica delantero!, muy bien el picador, gran y merecida ovación para Israel de Pedro en este vibrante tercio de varas. ¡Cuanta belleza encierra este tercio cuando se ejecuta bien! y que importante es para el posterior desarrollo de la lidia. No desperdicia Roca Rey su turno de quites, se echa el capote a la espalda, murmullos en los tendidos, un runrún recorre los asientos, a ver qué hace el peruano, puro valor. Quite por saltilleras ceñidísimas, sin moverse un milímetro ni rectificar su postura, con el toro pasando por un lugar imposible, olés emocionados. Gran ovación para Roca Rey. Replica Mora, también con el capote a la espalda, gaoneras también ceñidísimas, pasándose la toro por los muslos, puro valor del de Usera, olés secos, rotundos, de esos que sólo Madrid sabe dar, rematando con una brionesa torerísima que pone a los aficionados en pie. Magnífico también el tercio de banderillas, tres grandes pares los clavados por Pedro Calvo y José María Tejero, con el toro acudiendo pronto, con ritmo, metiendo la cara, noble, pares de poder  a  poder, llegando hasta a la misma cara del Alcurrucén, reuniendo a la perfección, los seis palitroques clavados. Gran ovación para ambos subalternos por este gran tercio. Otro de los momentos de mayor emoción vividos hoy ha sido el del brindis de David Mora al equipo médico que le salvó la vida aquel 20 de mayo de 2014, que le ha cuidado y recuperado en estos dos larguísimos años, equipo médico encarnado en la persona del Dr. D. Máximo García Padrós, el auténtico Angel de la Guarda de los toreros, manos mágicas capaces de salvar vidas, que eso es la medicina, no otras cosas. El abrazo de toreo y doctor en el burladero próximo a la enfermería resume todo. Toda la plaza en pie, impresionante la ovación, indescriptible la emoción. El toro está en el burladero del 1, acunado en tablas, le cita Mora en largo, no se arranca. Acorta la distancia, avanza torero, despacio, hasta la segunda raya, le cita de nuevo, da un salto para llamar la atención del Alcurrucén, éste se arranca con fuerza, intenta un cambiado por la espalda y el toro se lo lleva por delante, lo lanza al aire, cae Mora como un muñeco sobre el lomo del toro, luego al suelo, queda tendido, no se mueve, segundos de angustia, el drama, la tragedia sobrevuela de nuevo por Las Ventas. No se levanta, está aturdido, parece que no le reponden la piernas, le cuesta mantenerse en pie, no hay cornada peor el golpetazo en la espalda, a nivel lumbar, ha sido tremendo, en una zona aún resentida y con secuelas de aquella dramática cornada de 2014, en una zona donde está la columna y la médula espinal. Por momentos nos tememos lo peor, ¡no puede ser!. Pero Dios cuida de estos hombres que se juegan la vida delante de un toro para crear un Arte único. Solo así soy capaz de entender que David Mora se recupere,  y tome de nuevo la muleta como si no hubiera pasado nada. Se va hacia Malagueño y se planta por estatuarios sin pensárselo dos veces. Es el inicio de una sinfonía taurina que terminaría en apoteosis. El toro comienza a embestir con una clase suprema. El maestro torea templado, con la mano diestra, muletazos largos, profundos, ligados, la mano baja, olés rotundos, remate con una trinchera y un pase de desdén que hacen que la plaza se venga abajo. Ovación atronadora. Sigue en redondo, elegante, toreo hondo, emoción a raudales en cada pase, el toro humilla, es noble y bravo, repite y no se cansa. Tampoco Mora se cansa de torear, ¡qué belleza, que figura la del maestro, máxima plasticidad, pura estética!. Surgen ligados redondos largos, templados, eternos, enroscándose al Alcurrucén a la cintura, es la locura, los olés se deben oír desde la Coruña hasta Valencia, desde Bilbao a Cádiz, las ovaciones hacen temblar los cimientos de la Monumental. Es el delirio, la emoción a flor de piel, el madrileño cada vez torea más bajo y profundo, el toro no para de embestir, indescriptible, algo único, ¡la grandeza de la Fiesta!. Se cambia la muleta a la mano izquierda. Naturales hondos, la mano baja, arrastrando la muleta por la arena, barriendo el suelo, la figura compuesta, todo torería. Los olés ya ni sé donde se estarán escuchando, los naturales surgen de la muleta de Mora con una limpieza y una pureza infinita. Además mide la faena ala perfección, sabe que es el momento de tomar la espada, no hay que largar en exceso, la medida es ahora la perfecta. Los últimos naturales tienen un sabor intenso, dejan un regusto como el final de los vinos buenos, con  clase y elegancia, para dejar al toro perfectamente colocado para entra a matar. El estoconazo es de antología, como la faena de Mora. El toro cae rodado sin puntilla, fulminado al instante. Los tendidos de Las Ventas se tiñen de blanco, un mar de pañuelos los inunda, la emoción es incontenible. Dos orejas rotundas para David, hoy convertido en un Goliat de la Tauromaquia. Pañuelo azul en el palco y vuelta al ruedo para Malagueño, que si no es el toro de la feria, ¡como será el que le supere!. Vuelta al ruedo también antológica, lenta, bajo una grandísima ovación, con los mozos descubiertos, como manda la norma, premio para un excepcional animal, que ha reunido todas las cualidades posibles en un toro de lidia. Antes de recibir las dos orejas corre Mora a recoger su montera de manos del Dr García Padrós, ambos se funden en otro inmenso y sentido abrazo, y comienza una de las vueltas al ruedo más emotivas que he visto en mi vida, el torero está feliz y los aficionados aún más, es un sueño ¡qué bonita y qué grande es nuestra Fiesta!. 

Difícil, realmente difícil para mi, contar más sobre la tarde de hoy en Las Ventas. Todo lo anterior está contado y escrito desde el sentimiento y la emoción, lo que es el toreo. Pero sería una injusticia y una falta de respeto para los otros dos integrantes de la terna dejarles a un lado. Para esta decimoctava de abono se anunciaban seis toros de Alcurrucén, encaste Nuñez, para mi gusto muy bien presentados, de buena presencia, variados de hechuras, muy serios, de buen juego el primero, encastado y exigente, fuera de serie Malagueño, horrible el cuarto, un manso, complicados y con peligro quinto y sexto. 

Diego Urdiales tan solo ha tenido un toro, el primero, porque el cuarto, "Mañico", ha sido, con diferencia, el peor del encierro. Era bonito de hechuras, recogido, serio, astifino, terminado en puntas. Desde salida va distraído, sin fijeza, marcada querencia. Ni va al capote, lo rehuye, al caballo que monta Manuel José Bernal no quiere verlo ni en pintura, manso, se duele nada más sentir la puya, huye. hay que picarlo, mejor dicho, pincharlo, por que no se deja más, en terrenos del 8, del 10, del 1 para acabar en el caballo de guardia en terrenos del 4. Más de lo mismo en banderillas, parado, esperando, cortando, con peligro. clavan los pares con valor y riesgo "El Víctor" y Juan Carlos Tirado. faena de muleta no ha existido, imposible. Trapazos de Urdiales en terrenos del 1, el toro huye hasta de esto, se va siempre camino de las tablas. Lo despacha por la vía rápida. Quizás podía haberse colocado y haber intentado o hecho que intenta dar un pase, pero en un caso como el de este toro yo agradezco la brevedad, no necesito que Urdiales se justifique y alargue artificialmente la nada. Mata de estocada entera colocada con gran habilidad. Lo mejor, sin duda, la solvencia con la espada y la brevedad. Ya había tenido en el primero una , a  mi  modo de ver, una buena actuación. Toro largo, bajo de agujas, cuajado, abierto de pitones, muy serio este "Heredado". Distraido de salida, puntea en el capote de Urdiales, echa las manos por delante, no se emplea, desluce el saludo del riojano. Entra bien al caballo que monta Manuel Burgos, humilla en el peto, empuja con celo, cae trasero el primer puyazo, tiene que rectificar, medido el castigo en el segundo. En banderillas corta y aprieta complicando la labor de Víctor Hugo "Pirri" y Juan Carlos Tirado, quienes resuelven la papeleta con oficio. Se mueve en los primeros compases, repite. Primera serie por el pitón derecho templada y baja, con emoción. Asoman los primeros olés, preciosa la trinchera de remate en esta serie. Prosigue por el lado derecho, el Alcurrucén persigue la muleta con codicia, mete bien la cara en el arranque del  muletazo pero a mitad de recorrido echa la cara arriba y puntea el engaño. Toro exigente ante el que hay que tener todos los sentidos alerta. Hay que bajarle la mano y someterle, así lo hace el riojano en la siguiente tanda en redondo, con más temple, más ligada y baja, coreada con olés. Precioso el remate con un pase de pecho cosido a un trincherazo, fuerte ovación para Urdiales. El toro se está quedando, acorta la embestida y cabecea, serie menos limpia que las anteriores, toca la tela al final de cada muletazo. Por el pitón izquierdo tiene menos claridad en la embestida, más brusco, la cara aún más arriba, buscando, deslucido toreo al natural. El toro se apaga del todo, se defiende, hay que entra a matar. Un pinchazo, otro más hondo y cinco golpes de descabello afean la que, a mi modo de ver, ha sido una digna y meritoria actuación del riojano ante este exigente toro, con pasajes de buen toreo, que quizás hubiera tenido otra recompensa de haber acertado con los aceros. 

Por tercera vez hacía el paseíllo Andrés Roca Rey en este San Isidro. El primero de su lote, "Doctor", es un animal de preciosas hechuras, de imponente presencia, musculado, cornidelantero, acucharado, muy serio, armado con dos auténticos leños, con mucha cara. Complicado con el capote, aprieta, no permite mucho lucimiento, difícil pararlo, algo distraído. Empuja bien en el caballo, empleándose, derriba en el primer encuentro a Manuel Molina, que mide el castigo en el segundo puyazo. Colocan bien los pares Juan José Domínguez y Francisco Gómez, con riesgo, el toro mide mucho y corta. Brindis del peruano Roca Rey al público. Inicio de faena en terrenos del 1, metido en el tercio, muletazos por bajo, templados, con largura. El Alcurrucén no es fácil, cabecea, acorta la embestida, cuando le obliga por bajo y lo somete, protestan se revuelve. Creo que tenía bastante peligro sordo este tercero de la tarde, sobre todo por el pitón izquierdo. Como bien me apunta Raúl, busca los tobillos del limeño, acertadísima apreciación, pero también le busca las cosquillas por arriba, derrota con la cara alta cerca del cuello del torero. Me ha dado la impresión que no se le ha apreciado el peligro que encerraba este "Doctor" y que no se ha valorado justamente la labor de Roca Rey, es más, me ha parecido que cierto sector le tiene enfilado y viene con la escopeta cargada contra él. Pero valentía no le falta al muchacho. Por el pitón derecho le saca una serie tremenda jugándose los muslos, bajando la mano, con temple, serie de torero importante, sabiendo encontrar la distancia y el sitio que el toro precisaba. Por fin despiertan algunos olés. A mi me ha parecido que Roca Rey ha estado muy firme y con enormes arrestos ante este complicado toro, que se la ha jugado con verdad, sin postureos, con lo fácil que hubiera sido gesticular un poco y aliviarse, pero él no, él ha seguido delante de los pitones, aunque a la media docena de inconformistas, o mejor llamarlos revientafaenasdequienesdecidan, no les haya parecido bien. Sinceramente no sé la animadversión contra el peruano. Finaliza la faena con manoletinas ceñidas y un cambiado por la espalda que le roza la chaquetilla, coreadas con olés por la gran mayoría. Mata muy bien, entera arriba, marcando bien los tiempos y haciendo muy bien la suerte, apunte que también debo atribuirte a ti, Raúl, siempre acertado. Recibe ovación con saludos.
El sexto, "Caprichosito", también muy serio, magníficas hechuras, amplio de cara, desconcertante de salida, se frena ante el capote de Roca Rey, parece que le pasa algo en las patas, se queda como paralizado, pero es una falsa alarma. No se emplea en el capote del limeño, va suelto. pasa del caballo que monta Sergio Molina y se va hacia el que guarda puerta. almas de tango ante las malas cualidades que aparenta el animal. Por fin entra al caballo de contraquerencia, lo hace sin emplearse, dejándose pegar. tampoco ayuda en le tercio de banderillas, muy parado. Colocan los pares Francisco Durán "Viruta" y Francisco Gómez sin excesiva brillantez. Brinda a Mario Vargas Llosa, algunos le silban, no lo entiendo. Que yo sepa, el torero puede brindar a quien quiere, como si no brinda jamás, es cosa suya. Pero ya digo, me da la impresión que, por motivos que desconozco, algunos  tienen en el punto de mira a Roca Rey, y todos sabemos donde se sientan. Inicio por estatuarios en el centro, dos cambiados por la espalda, ceñidos, angustiosos por la cercanía de los pitones. Buen serie por el pitón derecho, en los medios, templada, baja, muletazos de trazo largo. Palmas para el torero. Segunda serie por el derecho ligando los pases, con riesgo porque el toro se fija más en el toreo que en el engaño, pero el peruano ni se mueve, se lo pasa a milímetros, alarde de valor. Por el izquierdo consigue robarle naturales de mucho mérito, que hay que arrancárselos. Insisto, para mi muy bien Roca Rey, aunque a la media docena de siempre les dé por intentar amargarle la tarde. Pero no le debe importar demasiado, porque cuando el toro se apaga, acorta las distancias y se mete entre los pitones que le rozan la cadera y los muslos, desafiante, sin miedo, valiente y firme. Arrimón de verdad. Mata de entera arriba volcándose, estoconazo que hay que apuntar como candidato al mejor de la feria, como asegura otro de los habituales del tendido, Benito, el que cada tarde con sus prismáticos se encarga de desvelarnos si la estocada está arriba o defectuosa. Y si él lo dice, será. Ovación para el toreo, que finaliza aquí su mportante paso por este San Isidro, con Puerta Grande incluida a sus 19 años, algo que parece que la media docena de sabios no le perdona. 

De David Mora parece que ya está todo dicho en su antológica faena a "Malagueño". Pues no, porque le quedaba el quinto, "Sucesor", precios toro, hecho cuesta arriba, menuda cara, dos velas por pitones, señalando al cielo de Madrid, el que ya había conquistado Mora. Aprieta en el capote, sin lucimiento. No se emplea en le caballo, se le castiga poco. Lo mejor lo hemos visto en el tercio de banderillas. Extraordinarios pares de Angel Otero, marcando los tiempos, sacando los palos de abajo, cuadrando en la cara, asomándose al balcón, para dejar las banderillas clavadas y salir andando airoso, con torería. Clamorosa ovación a la que responde saludando montera en mano. Brindis a Vargas Llosa, sentado en una barrera del 10. Inicio muy torero en terrenos del 10 y el 1, entre las rayas, flexionando las rodillas, templado, largo, por bajo. Embiste rebrincado, puntea la muleta, complicado, hay que bajarle la mano y hacer las cosas muy bien para poderle. Tiene peligro, acorta la embestida, se revuelve, busca carne, echa la cara arriba. Muy digno y valiente está el madrileño, no se esconde. Menos aún al natural, por el pitón izquierdo va muy corto, se queda  a la mitad del muletazo, pero consigue sacar dos naturales de enorme mérito, templados. Vuelve a ponerse y exponerse con la diestra, muy por encima del toro David Mora, dando su cara profesional y comprometida. No hay más, se tira a matar y coloca una casi entera ligeramente trasera que es suficiente para terminar con este descastado quinto. 

Tarde de emociones, primero por el reencuentro de David Mora con Las Ventas tras saludar de cerca a la muerte, posteriormente con su antológica faena a un toro también de antología, este "Malagueño" de Alcurrucén. Tarde de emociones que aún perduran y que tardarán en desaparecer. Emociones que hacen que me sienta orgulloso de mi afición, de la cultura y las tradiciones de mi Patria, España, y de su Fiesta Nacional, y que me hagan gritar bien alto, una vez más:
¡Viva España!, ¡Viva la Fiesta de los toros!

Antonio Vallejo

2 comentarios:

  1. Bravo, lo he leido emocionado, casi como estar ahi!

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    1. Gracias, Fernando. Me alegra que te haya gustado. Cuando algo te emociona es más fácil de contar, y lo de ayer fue increíble.

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